jueves, 29 de noviembre de 2012

Héroes cotidianos



Son héroes anónimos que se levantan temprano, suben contigo al ómnibus, preguntan cómo terminó el juego de béisbol anoche y continúan su paso apresurado hasta llegar al hospital.

Allí le anuncian que hay casos graves y que deben entrar urgente al salón. En la camilla reposan los cuerpos de pacientes que están entre la vida y la muerte. En la recepción, se observan los rostros afligidos de los familiares.
Sin descanso, horas enteras sin comer y con la responsabilidad de salvar una vida, dan todo de sí a cambio de la satisfacción de un “gracias doctor”.
En ese mismo instante, afuera, en la calle, un hombre vende pizza, una mujer besa a su hijo, una niña sonríe…
El equipo médico se abraza, la operación ha sido un éxito, otra persona que la ciencia y el sistema de salud cubano salva.
Profesión de sacrificio, total entrega, noches enteras sin dormir y muchas veces ingrata, pero que reconforta, que llena cuando descubres a tu paso alguien que te saluda, te da un beso, te extiende la mano, y te mira con esos ojos que no necesitan de palabras para expresar el infinito y eterno agradecimiento.
Médicos internacionalistas, médicos sin fronteras, médicos a quienes se les dedica un día, el 3 de diciembre, y todos los demás.


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