¿Qué es la estética? Esta sería una pregunta interesante
para iniciar un debate con altos niveles de subjetivismo, donde el inicio y el
fin serían similares, porque nadie lograría establecer un consenso.
Definir, valorar y conceptualizar lo bello, lo bueno o lo
verdadero ha sido una de las formas en las que el hombre ha expresado su
relación con las cosas que lo rodean, con el mundo y su contexto. En la
elección, selección y en expresar lo que gusta o no, se evidencia la capacidad
de valoración estética de cada individuo, aunque resulta significativo que las
apreciaciones del sujeto, si bien poseen un carácter personal, dependen en alto
grado de la comparación con sus experiencias de vida.
Arte,
estética y diseño son términos que se imbrican, dialogan y como consecuencia
han suscitado polémicas en muchos espacios. Frecuentemente se difuminan las
demarcaciones entre ellos, pero lo cierto es que los unen nexos demasiados
fuertes como para querer hablar de uno sin referir al otro.
Desde una
concepción moderna se podría afirmar que la estética nace y se desarrolla
como consecuencia del surgimiento de las creaciones artísticas. En este caso se
entendería lo estético a partir de la valoración de las obras de arte, de su
relación y dependencia con el medio artístico. No obstante, si se concibiera
este fenómeno a la inversa, es decir, si se valorara lo estético como base
fundamental de las expresiones artísticas, habría que buscar las respuestas en
la más remota antigüedad, exactamente en el proceso de formación del hombre
social. Esta última noción es la que menos se ha manejado en la sociedad, lo
cual ha provocado la preponderancia de lo artístico sobre las valoraciones
estéticas. Cambiar esta perspectiva moderna occidental requiere una
conceptualización a partir de la sensibilidad humana, desde la cultura y la
comunicación.
Innumerables
son las muestras en la historia del hombre que exponen la creación de obras a
partir de un criterio elevado. El mundo antiguo constituye un fiel ejemplo de creaciones
monumentales que han roto las barreras del tiempo, como son las pirámides de
Gizeh, las joyas de los faraones, sus palacios y otras. Pero con el devenir de
los años también ha acontecido un cambio en la forma de entender lo bello. Ya
desde Las tres Gracias, de Rubens, se había comenzado a mostrar otra visión de
la feminidad, pero no es hasta el posmodernismo que se renuncia a toda idea
preestablecida y se crean nuevos patrones para entender el arte sobre la base
de nuevos valores estéticos.
En
relación con lo anterior, el teórico de la Comunicación, Joan
Costa, en su libro Hablando de Diseño, plantea: “La belleza o la poética es lo
que a menudo es la razón de la obra de arte. La belleza, o incluso la fealdad,
es al arte lo que la estética es al diseño. Pero una estética funcional. El
diseño no es arte, pero vive de él porque se alimenta de sus diferentes estéticas”.
En otras palabras, la estética en el diseño cumple una función práctica y
utilitaria. Se trata de emplear en el producto comunicativo los códigos
estéticos que sean manejados por el receptor y que puedan ser decodificados de
forma eficiente.
El tema es complejo, sobre todo en una sociedad tan cambiante, donde las reglas y cánones establecidos son flexibles en cuestiones de estética. Los gustos son tan heterogéneos como sabores existen. Lo bello para mí no necesariamente debe serlo para ti. Entonces, ¿qué es lo bello? Mi percepción de lo bueno no siempre coincidirá con la tuya. Por tanto, ¿qué es lo bueno? Lo verdadero a mi juicio puede ser lo falso al tuyo. Pues pregunto: ¿qué es lo verdadero? Finalmente, como expresé al principio, ¿qué es la estética?
El tema es complejo, sobre todo en una sociedad tan cambiante, donde las reglas y cánones establecidos son flexibles en cuestiones de estética. Los gustos son tan heterogéneos como sabores existen. Lo bello para mí no necesariamente debe serlo para ti. Entonces, ¿qué es lo bello? Mi percepción de lo bueno no siempre coincidirá con la tuya. Por tanto, ¿qué es lo bueno? Lo verdadero a mi juicio puede ser lo falso al tuyo. Pues pregunto: ¿qué es lo verdadero? Finalmente, como expresé al principio, ¿qué es la estética?
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