Es un temor repentino que me abraza el cuerpo, un sudor que me cubre y ahoga mi garganta, es la sensación de una bala que te atraviesa, es el desagradable momento de saberte sola.
Todo lo que callo, todo lo que se enmudece... Un reguero de sensaciones que se cansan de nadar contra la corriente, es un rompecabezas con la mitad de las piezas, es un corazón que late después de que el cuerpo yace inerte.
Unos ojos que no miran a ningún sitio, un bostezo que no se contagia, una lágrima que se seca en el camino, una sonrisa que te apuñala…
Un pájaro sin alas que abraza al nido, el dedo que apunta al prejuicio, los labios que no pueden besar, una brújula sin norte…
La esperanza que se pierde, el teléfono que no suena, la memoria que me falla, la última palabra… la que se dice.
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1 comentario:
El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad, con ambas bien unidas tu soledad se trasformara en todo lo contrario.
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