La revista Barquitos de San Juan que promueve y estimula la editorial matancera Vigía, toma este año como eje central las temáticas y personajes del programa infantil Barquito de Papel, al cumplir éste su décimo aniversario.
Una
vez al año, este proyecto integra la escritura e ilustración de niños y
adolescentes procedentes de espacios de creación en las Casas de
Culturas de la provincia y aunados por el quehacer literario de Vigía, o
mejor, el de su directora Agustina Ponce, quien ha liderado la idea
desde que en 1989 surgiera en un formato más pequeño.
Diseñada
por Maríalva Ríos, la revista contempla poesía, narrativa, reseñas a
cargo de los pequeños, adivinanzas, entre otras secciones. Destaca
también en esta edición, la número 28, la presencia de autores adultos,
Loreley Rebull, María Cristina Martínez y Carlos Ethiel, quienes en
calidad de invitados participan del proyecto editorial.
Además, el pabellón infantil Tesoro de Papel de la XXII Feria Internacional del Libro en Matanzas,
estuvo dedicado al programa de la televisión yumurina, el que desde
hace una década se mantiene activo en la pantalla nacional.
Vigía
convocó a los pioneros de la provincia a recrear el mundo de Barquito
de Papel desde diversos formatos. Más de 400 trabajos fueron recibidos,
de ellos casi una veintena premiados por niveles de enseñanza, incluidos
los círculos infantiles y la especial.
A
la última jornada de presentaciones del pabellón acudieron los
protagonistas del programa televisivo, en especial la payasita Maravilla
y su director y guionista Jesús del Castillo, Premio Casa de Las Américas 1997.
“Creo
que el proyecto de Barquito lo merecían y lo merecen los niños cubanos,
y para ellos continuaré trabajando junto a un colectivo de realizadores
para quienes también hago extensivo este reconocimiento”, expresó
Castillo quien dijo haber llegado tarde al mundo del teatro e
incursionar de manera casual, gracias a Maravilla, la actriz Fara Madrigal, su esposa y compañera de labores.
“Estoy
feliz, destacó Fara, por el hecho de celebrar junto a Vigía, una casa
editorial que, al igual que nuestro colectivo, sueña y crea desde la
periferia con muchísimas ganas para continuar siendo una nave de
ilusiones”.
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