jueves, 27 de marzo de 2014

La subjetividad de la distancia


Tan cerca y, a la vez, tan lejos… Así te siento en mis orgasmos de soledad. Así me sentí frente a aquel cuerpo inerte y frío, tan lleno de vida en el pasado. 

Así le escribí a mi primer novio cuando puse fin a la relación aquel cualquier día. Así le grité al vacío aquella noche en la que lloré de impotencia por tu partida e intentaba borrar tus recuerdos como si fuese un mensaje en mi celular.

Tan cerca… Te tengo delante y callo. Cierro los ojos y te imagino desnudo e inaccesible. Quiero tocarte y me convenzo de que por más que extienda mis brazos jamás lo lograré.

Tan lejos… ¿Por qué sueles darte cuenta de las cosas cuando son irreversibles? ¿Por qué inventas que me amas cuando te separa un continente?

Tan…Prefiero amar en la noche, en medio del silencio y la complicidad de lo efímero. Olerte, besarte, quererte dentro y poner fin a las distancias. Quisiera que en ese momento tus pensamientos no estén lejos; déjame ser tuya en ese instante y esconderme en tu corazón para, nunca jamás, dudar de la subjetividad de tu presencia.






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